Trastornos alimentarios
Cuando hablamos de trastornos de la conducta alimentaria nos referimos a un grupo de trastornos entre los que las patologías más conocidas son la anorexia y la bulimia nerviosas, pero no son las únicas. También, encontramos trastornos por atracón, vigorexia, y lo más frecuente, trastornos que no cumplen todos los criterios diagnósticos, y que podemos llamar trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
Las personas con anorexia nerviosa han perdido mucho peso al seguir dietas muy restrictivas y al llevar a cabo conductas dirigidas a compensar lo poco que comen (vómitos, ejercicio físico en exceso, laxantes, diuréticos…). Tienen un miedo excesivo a ganar peso y suelen tener alteraciones de su imagen corporal (se sienten más gordos de lo que están).
Existen dos tipos:
• Anorexia nerviosa restrictiva: Comen muy poco y muchas veces hacen ejercicio físico excesivo.
• Anorexia nerviosa compulsiva/purgativa: Se dan atracones y utilizan métodos purgativos como vómitos, diuréticos o laxantes después de haber ingerido cantidades pequeñas de comida. Es parecida a la bulimia, pero el paciente tiene muy bajo peso y en la bulimia no tanto.
Las personas bulímicas se dan atracones (comen mucha cantidad de comida en poco tiempo con sensación de falta de control) y después intentan contrarrestar esto con vómitos, ejercicio, ayuno, y laxantes o diuréticos. Existen dos tipos:
• Bulimia purgativa: después del atracón, vomita o usa laxantes y diuréticos.
• Bulimia no purgativa: después del atracón, hace ejercicio en exceso, dietas restrictivas o incluso ayunos.
El trastorno por atracón, se caracteriza porque hay atracones pero no conductas compensatorias (no vomitan ni se purgan). Y suelen tener un peso normal, o incluso elevado. Estos pacientes intentan calmar su ansiedad a través de la comida.
Estos tres trastornos (anorexia, bulimia y trastorno por atracón), son más típicos de las mujeres, sobre todo de las adolescentes, aunque cada vez los estamos viendo más en chicas aún más jóvenes y en mujeres mayores.
En los chicos, es más frecuente la vigorexia, que tiene que ver con la obsesión por estar musculado. Se trata de gente que dedica muchas horas del día a ir al gimnasio y todo les parece poco.
Los trastornos alimentarios deben ser tratados, muchas veces de forma conjunta, por un psicólogo y un psiquiatra.
El psiquiatra tratará los síntomas que aparecen asociados a estos trastornos como la depresión, la ansiedad o la impulsividad.
El psicólogo ayudará al paciente a aceptar que tiene un problema y le guiará en sus pasos hacia su recuperación.
Muchas veces, el propio paciente no es capaz de darse cuenta de que tiene un problema, y es la familia la que tiene que “llevarlo” a consulta.
las patologías más conocidas son la anorexia y la bulimia nerviosas, pero no son las únicas. También, encontramos trastornos por atracón, vigorexia, y lo más frecuente, trastornos que no cumplen todos los criterios diagnósticos…